jueves, 5 de febrero de 2009

Mujeres, engaños y combis...

Las calcomanías con frases pintorescas son uno de los recursos más utilizados por los expertos tuneadores. Existen, pues, muchas frases que han pasado a ser parte de la decoración de vehículos circulantes de la capital. Entre las más comunes figuran las que hacen alusión a la añoranza de un amor, como "A mis tres amores: Lupita, Estrella y María" o "En memoria de mi Padre", sin embargo, existen otras frases un tanto más filosóficas, como extraídas de un libro de crítica al pensamiento cartesiano. Este tipo de enunciados, expresiones finamente elaboradas, obligan al conductor trasero a hacer un rápido ejercicio mental para entender el mensaje que ante sus ojos se devela. El tiempo para esta labor es tan limitado como el breve tránsito entre el ámbar y el verde. 

Frene, respire y lea: "Tu mujer nos engaña"
Así de inesperada se presenta una de estas frases. Una construcción gramatical que obliga a la reflexión de las mentes más ilustradas. Su fecha de origen es aún un misterio, más aún su creador; empero ha sido adoptada por los más audaces tuneadores como una forma de desafío a quién ose colocarse detrás de su poderoso vehículo.

El comité editorial de este blog se reunió en sesión extraordinaria para analizar y desmembrar esta frase.

"Tu mujer nos engaña" es una construcción compuesta por un adjetivo posesivo (Tu), un sustantivo (Mujer), un pronombre personal (Nos) y un verbo en tiempo presente (Engaña). Estas cuatro palabras, que por separado no poseen mayor significado, dan lugar a la frase digna de nuestro análisis.

Comprendamos y ubiquemos en el contexto social cada una de estas palabras. El adjetivo Tu, es el más directo de la familia de los posesivos. Visto desde la voz emisora, en este caso el chofer/tunero (por tuning, no por vender tuna), el adjetivo hace referencia a una pertenencia del sujeto receptor. Por ejemplo, cuando, usted lector, escucha de la boca de su amigo: "Dame tu billetera"; su amigo hace referencia a su billetera, objeto personal de usted; así, el "TU", visto desde su punto de vista, se convierte en MI, quedando entendido la frase en su mente "mi billetera". Este es un claro ejemplo de la trasformación que sufre el adjetivo posesivo en mención dependiendo del sujeto que emite y que recibe el mensaje. Queda claro, también, que su amigo no es su amigo y que es un choraso que quiere llevarse "su billetera".

El siguiente elemento a analizar es el sustantivo mujer. Esta sencilla palabra de cinco letras es, desde inicios de la humanidad, uno de los objetos más deseados y codiciados; este, es parte de un limitado grupo de cosas que el hombre (sexo masculino) valora, atesora y cuida como su vida misma, un grupo en el que también podemos ubicar a la madre, la cerveza y el control remoto.

Así, la conjunción del adjetivo "Tu", analizado párrafos atrás, con el sustantivo "mujer", crean un sujeto de la oración de alto riesgo: "tu mujer". Este sujeto hace referencia a la mujer del decoficador del enunciado. De este modo, cada vez que en este artículo usted leyó la frase "Tu mujer" me estaba refiriendo a "Su mujer", es decir, que el objeto en mención era la mujer del lector, osea usted. Llevando este pequeño experimento de laboratorio a pruebas de campo, se puede concluir que se hace alusión a la mujer del chofer del auto ubicado detrás de la combi tuneada.

Ahora, la palabra Nos, cumple un rol vital en la construcción gramatical de la frase. Hasta este momento existen dos personas involucradas con la acción: el Receptor/Lector/Chofer del vehículo trasero, y la mujer de este. Con la aparición del pronombre Nos, entra en el juego el sujeto emisor, es decir el chofer/tunero.

En efecto, existen tres personajes involucrados con la acción que comete la mujer. Como todos saben, la acción es el verbo de la oración y núcleo del predicado. En la frase "Tu mujer nos engaña" la acción es el engaño. Pero seamos suspicaces y veamos un poco más allá.

¿A quién engaña la mujer? En principio entendemos que las víctimas del engaño son el Emisor y el Receptor, sin embargo, las mujeres guardan muchos secretos y es probable que existan más personas involucradas. Aún así, debemos comprender quién es el personaje más afectado con la acción de la mujer y con qué intención el Emisor/Chofer/Tunero emite dicho mensaje al Receptor/Lector/Chofer del vehículo trasero.

Una primera hipótesis plantea que la frase fue diseñada para poner en evidencia los cuernos del Receptor, habiendo sido engañado por su mujer con otro hombre, el Emisor. Sin embargo, la frase da a entender, además, que ambos son engañados, lo que nos lleva a pensar que existe una cuarta persona involucrada con el hecho. Es decir, 4 personas como mínimo participan de la acción. Pero, ¿Con quién o quiénes engaña la mujer a los dos hombre?, es la gran interrogante que deja el enunciado. El número de personas involucradas puede llegar al infinito.

En conclusión, el comité deja a la libre interpretación de los lectores la frase "Tu mujer nos engaña". Léala y reléala, una y mil veces, tal vez llegue a descubrir con quién nos engaña...su mujer.